Aunque admito sus errores y debilidades, se que es una tierra llena de talento y gente con un dinamismo, hospitalidad y alegría inmensas, capaces de transmitirlo a otros pueblos e influir en ellos de una manera tal que no puedan evitar tener que visitarnos.
Qué tristeza al ver a Luisito Martín partir, un humorista único, que con su gracia inocente dibujaba una sonrisa y tocaba una carcajada en el pueblo dominicano. Pero me quedé serena, porque muchos quedan como él… pero, ahora veo partir también a Freddy Beras, el gordo querido del pueblo, que de la manera más jocosa, se incomodaba con el Gobierno o con cualquier persona que anduviera haciendo lo incorrecto y les decía sus tres verdades, sin pelos en la lengua, pero nunca, nunca sin cumplir su misión de hacernos reír.
¡Qué tristeza me da! Tener que ver partir la esencia del talento dominicano, la vieja escuela, aquellos de los que aparentemente a muchos no les interesó aprender… tantos disparatosos haciéndose llamar cantantes, y portavoces de la cultura dominicana, qué pena me da, cuánto lamento la partida uno por uno, de los que para mi, sí son embajadores de una cultura exquisita y única como la mía.
Qué será de mi cultura cuando no tenga mas Juan Luís Guerra, mas Boruga, mas Jhonny Ventura, mas Jochy Santos, mas Milly Quezada, mas de los grandes, de los que se toman la patria en serio, de los que les interesa llevar en alto el nombre del país en lugar de ponerlo en ridículo por ganarse unos pesos.
Qué será de ella, si quienes sustituyen a los maestros son alumnos mediocres. Me imagino escribir un ensayo sobre las costumbres de mi país en unos diez años: sobre mambos, chistes rojos y malos, televisión vulgar, rap que solo transmite acoso y violencia, programas sensacionalistas y ridículos que ni siquiera los niños podrán ver o escuchar, una radio colmada de palabras obscenas… ¿esto es lo que nos quedará?
Qué tristeza me da… ¿Qué será de mi cultura sin los grandes como tu Freddy? Talentoso, humano, sincero, sencillo, profesional, una persona que creía, de los pocos, en las oportunidades para aquellos que las merecen y que no las tienen, que ayudabas a todos sin mirar quién era… ¡Descansa en paz gordo Beras!
Julissa Díaz de Galindo
Admiradora
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