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No siempre a mi voz se le logra escapar lo que mi corazón grita, hay cosas que solo escritas llegan a expresarse, de manera que los demás sepan lo que pienso, sueño, siento, y anhelo.... pero sobre todo lo que no digo. Escribir es una forma de expresión y una fuente de alimento para el alma de quien lo practica con pasión. Espero por medio de letras hacer llegar y sentir lo que quiero transmitir y expresar y que con palabras no puedo. Esto es para ti. ¡Disfrútalo!

domingo, 11 de abril de 2010

Una Obra de Amor... Amparando el futuro del país.

El número de niños, niñas y adolescentes de la República Dominicana que se encuentra en las calles trabajando o durmiendo es grande, aun cuando instituciones y personas se han dedicado a contribuir para que se reduzca dicha población con el paso de los años.

Este es el caso de ’’Caminantes’’, una institución sin fines de lucro, donde un grupo de jóvenes colaboran y dedican su tiempo a contrarrestar este mal y reducir dentro de sus posibilidades la cantidad de niños, niñas y adolescentes que en la mayoría de los casos son explotados por sus padres o tutores enviándolos a las calles a trabajar de manera obligatoria.

Caminantes se dedica a trabajar con niños y jóvenes de 6 a 18 años de edad, que están en las calles del sector de Boca Chica, promoviendo entre ellos el hábito de estudio y la superación personal, haciéndoles entender que tienen un futuro más prometedor por delante y un potencial que explotar. Aquellos que escapan de sus casas por maltrato o enfrentamientos con sus familias, acostumbrándose a dormir en las calles, entran en el grupo de los niños en situación calle, a diferencia de los que son explotados que se tratan desde otra perspectiva.

Donde todo comenzó

Silvia Denis Pichardo, luego de haber sido enviada a Boca Chica para hacer un trabajo de diagnóstico de la situación de los niños, niñas y adolescentes, se encontró con la realidad de aquellos inocentes, siendo motivada en ese entonces, decidió hacer algo por ellos, creyendo que podían ser mejores ciudadanos y vivir vidas más felices. Fue entonces cuando el 1ero de mayo de 1994 se reunió debajo de una mata en la playa de Boca Chica con unos 45 niños y niñas que se encontraban en esa situación.

A partir de 1994 Silvia Pichardo, directora ejecutiva y fundadora de Caminantes, ha dedicado su vida a capacitar, orientar e incentivar a los niños de la calle en Boca Chica a dar un rumbo diferente a sus vidas.

Yokasta Veras, psicóloga escolar de Caminantes, habla de la labor que realizan ella y sus compañeros con los niños. El centro tiene como misión llegar a los niños, niñas, y adolescentes que están en las calles para convencerlos de salir de ese estilo de vida a cambio de dedicarse a estudiar. En Caminantes ellos tienen la oportunidad de comer, bañarse, tomar clases de alfabetización, ingles, cocina, decoración, peluquería, capacitaciones sobre autoestima, sexualidad, temas religiosos, y sobre todo en cuanto a sus derechos como niños y el amparo que les da la ley 136-03 en el país. En el caso de aquellos que sufren violencia en sus casas se les da seguimiento con la fiscalía y se les busca un hogar seguro al infante ya sea por medio de CONANI o algún otro familiar, al mismo tiempo que se trata y se les brinda ayuda a los agresores.

Además de Yokasta, trabaja con ellos Julio L. Sánchez, un joven egresado de Caminantes, quien una vez trabajó como limpiabotas y que ahora se desempeña como multiplicador con los niños en situación calle; Erin Mckinney, una misionera de Ohio, USA, trabaja como voluntaria por parte de la Iglesia Discipulos de Cristo de su país. Todos ellos cuentan sentirse muy motivados y felices de poder cambiar la vida de los niños que se encuentran indefensos en las calles.

Caminantes, ubicada en la calle 20 de diciembre esquina 24 de junio en Boca Chica, trabaja en la actualidad con una población de unos 500 niños, niñas y adolescentes del sector. Hay algunos que proceden de otras regiones del país por tratarse Boca Chica de una zona turística y pensar ellos en ganar en dólares en lugar de pesos.

Al cumplir la mayoría de edad, los jóvenes son egresados de la institución y muchos, cuenta Yokasta, tienen sus propios negocios, entre ellos restaurantes, peluquerías, etc. Otros se han graduado de la universidad y los que no, están estudiando. El número de niños que deserta o rechaza la ayuda es muy mínimo.

La principal limitante con que se encuentra Caminantes son los pocos recursos y fondos ya que no reciben ayuda alguna del Estado. El centro está patrocinado por la Church World Service (CWS) un organismo religioso internacional que trabaja en cadena en varios países ofreciendo este tipo de apoyo, pero sus donaciones no alcanzan para darles la calidad de vida que desean a los niños. También El Despacho de la Primera colabora con las capacitaciones del programa Progresando.


Cuentan con tres locales cerca, todos con una estructura humilde, de poco espacio, y sin muebles y artículos suficientes para abastecer las necesidades. Uno de ellos es para impartir las clases y capacitaciones, otro para el comedor, y el principal que es donde se reúnen y se encuentra la oficina. En el edificio principal los niños tienen una pared exclusiva para expresarse por medio de dibujos, letras y colores, donde la mayoría deja sus nombres grabados aun cuando ya han egresado para guardar memorias de las vidas que se cambiaron allí.

El nombre de la institución y el logo fueron creados por los mismos niños que comenzaron en el proyecto, por medio de concursos, cuenta Silvia Pichardo, con la alegría y la emoción de una madre orgullosa de un hijo en sus ojos.

Las paredes aunque sencillas y pequeñas, reflejan la alegría de caras de niños y niñas en cuadros colgados que muestran algún mensaje de motivación, anuncios, informaciones, etc.

Entre las actividades que realizan se encuentran los campamentos de verano celebrados cada año, de 15 días aproximadamente en los que SEDEFIR les presta el salón multiuso del sector, y al final visitan lugares de la ciudad como los parques nacionales.

La mejor parte de esta obra, según los colaboradores, es ver el resultado en la vida de los niños y niñas que llegan a ser hombres y mujeres de bien y jóvenes que saben quiénes son y el lugar que les corresponde en la sociedad.

Mucho se puede hacer por estos y otros niños que hoy en día son víctimas de abusos por parte de sus padres y otros adultos, pero no cuentan con los recursos necesarios y aunque la intención es buena los límites económicos frustran el deseo de los que buscan lograr un cambio. El ver los rostros con una nueva visión de niños como Junior Louis y Joel de 12 años, beneficiados de Caminantes en la actualidad, es razón suficiente para motivarse a poner un granito de arena en esta noble causa y así de cierta forma disminuir el nivel de delincuencia en nuestro país.

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